La Religión del Futuro

12.07.2014 a las 17:13 hs 1164 4

La religión es algo inherente a la identidad humana. En principio el hombre está ahí para creer. Es un animal de fe motivado por el ferviente deseo de ver siempre más allá de lo que sus sentidos le permiten, tarea imposible de no ser por su inteligencia y los métodos que esta ha venido desarrollando a través de la historia.



Aunque muchos piensan que la religión y el razonamiento son contradictorios, la religión es una forma primitiva de lógica ya que se fundamenta en una serie de premisas, aunque solo se traten de falacias.



El ser humano nace puro, es decir con el deseo de satisfacer sus instintos pero entre estos y la necesidad de encajar en una familia, una agrupación y por último la sociedad crece la ruptura deseo – satisfacción, esta última debería procurarle la felicidad.
Freud la identificaba como neurosis y concluía que la represión de los instintos insta al hombre a refugiarse en la cultura y en última instancia, la religión para poder sobrellevar la crudeza de su existencia.
Gran parte de los mecanismos de defensa en la psicología (Como la negación del “yo”) pueden explicar el por qué muchos acojen una religión en su vida.



En base esto es fácil de entender la inherencia de la religión en el ser humano y esto obedece esencialmente a que la ruptura de la misma significaría también la extinción de las culturas.



Desde hace años aquellos que suponen el advenimiento de un nuevo orden mundial de la mano de poderosas asociaciones, advierten acerca del establecimiento de una religión sincretista (Aunque esto sea un movimiento normal en la evolución de los cultos). Esta única fe garantizaría la unión del ser humano y la extinción de las culturas junto a todas sus principales divergencias.



Si bien ha habido penosos intentos de las mentes hábiles por crear cultos sincréticos, la religión del futuro podría ya no sustentarse en relatos fabulosos, en falacias sumamente capciosas o dudosas evidencias históricas, la religión del futuro tendrían como sostén a la misma ciencia.



El transhumanismo es una corriente filosófica inspirada en el renacentismo y la ilustración de los siglos XIV y XVII respectivamente, si bien no se trata de una religión contiene todos los elementos para convertirse en una. A lo largo de la historia del pensamiento humano, en especial aquellos que resultaron benéficos para el uso de la razón y el avance científico y social, varios estudiosos han resaltado la importancia de que el hombre trascienda hacia su bienestar, pero no fue hasta comienzos del siglo XX que se conceptualizó la idea de que la ciencia debía ayudar a la humanidad en el proceso.



Así nació en 1998 la Asociación Mundial Transhumanista (WTA) fundada por los filósofos Nick Bostrom y David Pearce para promulgar los conceptos de un “humanismo trascendental”, es decir, la posibilidad de otorgar la inmortalidad (Entre otros beneficios) al ser humano y evolucionar por medio de los avances científicos, muchos de estos en campos, como el caso de la genética, que actualmente no están permitidos.
La inmortalidad del ser que nunca ha dejado de inquietar los sueños humanos, podría ser alcanzada mediante el avance de la nanotecnología o la computación, ramas que dicha corriente filosófica acoge en su desarrollo.
Pero curiosamente la máxima del transhumanismo de procurar “vida eterna” al hombre no es más que un sucedáneo del concepto inmanente en gran parte de las religiones del planeta acerca de la vida eterna. Este es en principio uno de los elementos que convierten al transhumanismo en candidata para reemplazar a la religión (En caso de que se pudiera lograrse y a una escala global).



Los dispositivos modernos de uso personal tales como celulares, reproductores, consolas de juego etc se hicieron para proporcionar al ser humano “felicidad”, hoy en día es casi inconcebible vivir sin ellos. El impacto que tiene esta tecnología en el ser humano es muy fuerte, para la mente primitiva (la que subyace en todos nosotros) esto es el equivalente a lo que fue la “magia” para el aborígen y es porque estos dispositivos están hechos de ciencia. Ahora también gracias al avance de la misma es posible viajar en poco tiempo por todo el mundo, también el comunicarnos a grandes distancias, el aprendizaje y el conocimiento obviando la educación tradicional. Internet en los últimos años se ha convertido en la herramienta más importante para la información, es como un “dios” que da respuestas a todo, sin ser otra cosa que la base de datos más poderosa del planeta. La ciencia también ha hecho posible mejorar nuestras vidas en todos los aspectos, las personas hoy en día pueden acceder a miles de tratamientos e intervenciones para remediar males que hace siglos eran incurables, asimismo la tecnología nos ha permitido escudriñar lo más recóndito del universo y lo entrañable del fascinante microcosmos.



Hoy en día mucha gente demanda información acerca de ciencia o avances tecnológicos, los medios se han encargado de dar luz a gran parte de los nuevos descubrimientos y el desarrollo de tecnologías que sorprenden a los espectadores, si las iglesias en su labor milenaria se han encargado de hacerle creer al hombre que la fe ciega es una virtud y el sometimiento un acto de humildad, los medios ahora hacen de la ciencia la “nueva ambrosía”humana, en la cual es más satisfactoria depositar la fe que en un dios inerme ante plegarias.



Todas estas características hacen de la ciencia el mejor candidato para ser el “Dios” del futuro y del transhumanismo por centrarse en la misma, su credo porque si bien la ciencia tiene como base la razón y la lógica esto no la excluye de poder ser alienante.



Para la muestra un botón, algunos científicos y divulgadores de ciencia organizan conferencias que nos recuerdan mucho a las predicas de los pastores cristianos de tiempos recientes, estas personas en base a sus estudios exponen teorías ante grandes audiencias que son por lo general crédulas, no obstante lo que mucha gente olvida es que citando al divulgador Paul Davies, la ciencia solo tiene modelos de la realidad pero no es posible afirmar que sean absolutamente fiables, porque algo que no puede superar el hombre ni con el conocimiento y su razón es la manera como la naturaleza lo engaña. Así pues tenemos ya nuestros propios “predicadores de la ciencia” los futuros sacerdotes del transhumanismo.



Brian Greene


Nick Bostrom


Al Gore


Bill Gates


Mark Zuckerberg



Si las personas son capaces de consentir falacias como la existencia de un plan divino, la vida eterna, el retorno al paraíso etc. desde luego que pueden hacerlo con cualquier “verdad” proveniente de los científicos, la gran duda surge al preguntarnos si de verdad estos hombres de ciencia no están equivocándose, o mucho peor, que personas con estudios acreditados por las prestigiosas revistas científicas del mundo sean colocados allí para distorsionar nuestra realidad (esto ya se ha visto en casos como el de Hendrik Schön de los laboratorios Bell y el falso dinosaurio Archaeoraptor liaoningensis publicado en la National Geographic, entre tantos otros).



Algo que puede relacionarse con esta incógnita tiene como referencia al desarrollo de las nuevas teorías acerca del microcosmos, la teoría cuántica que es de por sí muy compleja. Tenemos científicos que defienden el nuevo modelo de las supercuerdas y lo hacen a través de los medios más reconocidos, por aquí y por allá se habla mucho de esta nueva y complicadísima percepción del universo a pesar de la reticencia de gran parte de las instituciones educativas secundarias para enseñar esta rama de la ciencia. Puesto que no existen nociones básicas de estos conceptos, leer cualquier tema relacionado con física cuántica nos puede resultar bastante confuso, hasta las personas que los publican confunden los conceptos y puede llegar a distorsionarlos. El mismo Paul Davies en su ensayo “¿Podemos fiarnos de los científicos?” afirma que la eficacia de una teoría depende de cual simple sea esta de comprender y ciertamente la física cuántica no se destaca por su simplicidad. Tenemos entonces por un lado a divulgadores y científicos que nos hablan del origen y la composición del universo mediante complicadas teorías y por otro una educación muy pobre acerca de los mismos.



El no comprender este importantísimo campo de la física (Y las ciencias en general) produce en nuestras mentes confusión e incertidumbre porque dichas teorías, que no son más que modelos de la materia, pueden generar credulidad en la gente que conlleva a la equivoca justificación acerca de la existencia de un dios y la espiritualidad. Cabe citar entre tantos casos a la Cienciología, religión creada por el escritor de ciencia ficción estadunidense Ronald Hubbard que utiliza pseudociencias como la dianética y falsas doctrinas que hablan de civilizaciones extraterrestres con un avanzado desarrollo en las ciencias y la tecnología. Esta religión que cuenta con más de 10.000 sedes en todo el mundo se vale la ciencia como base en su doctrina aunándola con elementos espirituales, en su mayoría provenientes de la India y China (Budismo y taoísmo), de ella se han confesado ser seguidores importantes celebridades del cine en Estados Unidos, (Celebridades que a su vez cuentan con muchos seguidores a través de las redes sociales)



Todas estas conclusiones nos muestra que incluso la ciencia cuyo objeto es hallar la verdad mediante sus diversos campos es vulnerable también de caer en la falsedad, los intereses mediáticos y la manipulación con fines ajenos a su auténtico propósito. De ahí cabe resaltar la importancia de mantener la crítica y la “eterna vigilancia” sobre todos aquellos esfuerzos que se hagan en pro de manipular nuestros criterios.





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