La vida en rosa
Femme 14.11.2014 a las 16:22 hs 968 1
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La vie en rose nos parece una canción cursi, al igual que el color de las batas que las niñas se ponen en el parvulario nos recuerdan a ese tono horroroso al que algún día, alguien, impuso como femenino.
Odiamos el rosa, pero aún así nos vemos obligados a amarlo: su tinta es la que mancha nuestra lengua, nuestros pezones, nuestros sexos.
Su esencia es la que nos recuerda a la pureza, la que nos recuerda que algún día fuimos salvajes, la que al final nos invita a retomar ese color tan nuestro, y a destrozarlo para reinventarlo de nuevo.
Precisamente reinventar el rosa es la obsesión de la jovencísima fotógrafa
En su nueva colección de fotografías titulada Pink, ella decide ensuciar el color de Hello Kitty y convertirlo en un símbolo adulto, erótico y otra vez muy nuestro.
Desde Melbourne esta veinteañera sale a la naturaleza y la llena de telas, o pinta los cuerpos blancos de sus modelos, o juega con el agua, hasta teñirlo de ese tono que posiblemente huele a batido de fresa o a veneno.
¿Que opinan?
Odiamos el rosa, pero aún así nos vemos obligados a amarlo: su tinta es la que mancha nuestra lengua, nuestros pezones, nuestros sexos.
Su esencia es la que nos recuerda a la pureza, la que nos recuerda que algún día fuimos salvajes, la que al final nos invita a retomar ese color tan nuestro, y a destrozarlo para reinventarlo de nuevo.
Precisamente reinventar el rosa es la obsesión de la jovencísima fotógrafa
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.En su nueva colección de fotografías titulada Pink, ella decide ensuciar el color de Hello Kitty y convertirlo en un símbolo adulto, erótico y otra vez muy nuestro.
Desde Melbourne esta veinteañera sale a la naturaleza y la llena de telas, o pinta los cuerpos blancos de sus modelos, o juega con el agua, hasta teñirlo de ese tono que posiblemente huele a batido de fresa o a veneno.
¿Que opinan?
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