El rey chino, las princesas y la flor de la honestidad

18.06.2019 a las 20:45 hs 504 1

Se cuenta que alrededor del año 250 a.C. en China, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador y de acuerdo con la ley debería casarse porque si así no lo hacía era considerado un rey indigno por trolo. El rey hizó un concurso entre las jóvenes de la corte y aquellas que él consideraba dignas de su propuesta se casarían con el.

El concurso tuvo un final totalmente inesperado 


Al día siguiente el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las jóvenes y lanzaría un desafío. Una viejita, empleada del palacio hacía muchos años, oyendo los comentarios sobre los preparativos sintió tristeza porque quería ir ella la vieja concha seca pero una vez que se convenció que no tenía chances pensó en su hija, pues sabía que su hija nutría un profundo amor por la nutria del príncipe. 



Al llegar a su casa y relatar el hecho a su hija se asombró al saber que ella pretendía ir a la celebración, e indagó incrédula: 
- Hijita, ¿qué vas a hacer allí? Estarán presentes todas las bellas y ricas muchachas de la corte. Sácate esa idea de la cabeza. Se que estas sufriendo, no vuelvas tu sufrimiento en una locura. Hasta diría que es una pelotudez 
Y la hija respondió: - No querida mamá, no estoy sufriendo y mucho menos enloqueciendo, estaré un poco caliente pero no enloquecí todavía. Se que jamás podré ser la elegida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos algunos momentos cerca del príncipe, y esto me hace feliz me hace.

 


A la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las bellas muchachas con los más esplendorosos vestidos, con las mas bellas joyas!

Entonces finalmente, el príncipe anunció el desafío: 
- Les daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que dentro de seis meses me traiga la más bella flor, será elegida mi esposa y futura emperatriz de China. 

La propuesta del príncipe no evitó las profundas tradiciones de aquel pueblo, que valorizaba mucho la especialidad de "cultivar" algo, sea costumbres, amistades, etc... 

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes del jardín, cuidaba con mucha paciencia y ternura su semilla, pues sabia que si la belleza de la flor surgía en la misma extensión de su amor, no necesitaba preocuparse del resultado. Pasaron tres meses y nada surgió.

La joven intentó de todo, usó todos los métodos que conocía, hasta buscó tutoriales de como plantar flores en youtube, pero nada había nacido. 
 Día tras día ella percibía cada vez más lejos su sueño, y cada vez más profundo su amor.... Por fin los seis meses habían pasado y nada había brotado. Conciente de su esfuerzo y dedicación la joven le comunicó a su madre que independiente de las circunstancias volvería al palacio en la fecha combinada, pues no pretendía nada más que un momento en compañía del príncipe. 

En el día fijado ella estaba allí con su florero vacío. Las otras muchachas también se hicieron presentes, cada una con una flor más hermosa que la otra, de las más variadas formas y colores. La mas bella de las flores la tenía una joven bellísima y especialmente dotada con dones incomparables (o sea era bastante pechugona) 

Ella estaba admirada, nunca había presenciado tan bello espectáculo con flores tan hermosas. 



Finalmente llega el momento esperado y el príncipe observa cada una de las muchachas con mucho cuidado y atención. 
Después de pasar por todas, una a una, el príncipe anuncia que todas las presentes son un fraude, menos una, la que tenía la maceta vacía. 

- Esta joven humilde, desgarbada, sin gracia alguna fue la única que fue honesta, sincera, veraz y que realmente intentó cultivar la flor y esta honestidad la puede volver eventualmente y en caso de cumplir con todas las bases y condiciones, susceptibles de ser modificadas en cualquier momento, digna de ser emperatriz.

Ella cultivó una flor muy bella, la flor de la honestidad, pues todas las semillas que entregué eran estériles manga de turras e interesadas. 

Las mujeres se arrojaron sobre el emperador y entradas en llanto le rogaban que les perdonara su (de ellas) maldad.
Pero el, hablando con la sabiduría de los iluminados les dijo: 
"La honestidad es como una flor tejida con hilos de luz que ilumina a quien la cultiva y esparce claridad en derredor." 

Igual al final el emperador eligió a la mas tetona. Que ni siquiera era china.
 



Pd 1: El consejero oficial del emperador le preguntó a su divina excelencia por qué había elegido a esa joven que también había mentido con la flor. Y el emperador contestó sabiamente: Oh! noble consejero! Porque esta joven trajo la mejor de las flores, se vino con un buen flor de tetas.



Espero que esta historia les haya dejado una valiosa lección sobre la honestidad.

Puntos: 610


Comentarios (9)


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