Desertó, Desertó y otra vez Desertó

07.01.2020 a las 22:59 hs 479 1

Historia de un desertor del ejército de EE.UU. en Corea del Norte

Con 24 años de edad, estaba ebrio y deprimido. Como sargento del ejército de Estados Unidos enviado al lado surcoreano, le preocupaba ser víctima de una bala perdida al patrullar la frontera. O peor, que lo trasladaran a morir en Vietnam.

El gobierno de Corea del Norte hizo lo propio y lo capturó, y entonces allí comenzó una dolorosa experiencia de cuatro décadas.

cON OTROS DESERTORES Enseñaron inglés en una escuela militar (que acabó echando a Jenkins por su acento sureño), y les ordenaron actuar como estadounidenses villanos en una serie de 20 filmes de propaganda, lo que les llevó a convertirse en celebridades instantáneas.

Los desertores fueron emparejados con prisioneras del régimen, todas extranjeras, y forzados a casarse.¿Por qué se molestaría Corea del Norte en hacer esto? Para Jenkins, la lógica era clara: creía que Pyongyang estaba llevando a cabo un programa de reproducción de espías, y que entrenaría a sus hijos con apariencia occidental para que sirvieran como agentes encubiertos.
Hitomi Soga, quien se convertiría en la señora Jenkins, era una enfermera de 19 años en 1978 cuando fue secuestrada en su isla natal de Sado, frente a la costa oeste de Japón.
Había sido raptada para trabajar como maestra y enseñarles la lengua y costumbres de Japón a espías norcoreanos. Su nacionalidad le daría un futuro a su esposo que éste nunca hubiese imaginado.Cuando la pareja se casó en 1980, Jenkins había pasado 15 años solo entre las garras gélidas de Pyongyang. Tiempo después le dijo a la cadena de TV estadounidense CBS: "Lo describiría así: la miré una vez. No la iba a dejar ir".


Hasta que en 2002 pasó algo extraordinario que volvió a cambiar sus vidas. Kim Jong-il, el entonces líder de Corea del Norte, admitió que sus país había secuestrado a 13 ciudadanos japoneses en las décadas de 1970 y 1980.Kim dijo que ocho habían muerto (una afirmación cuestionada por Japón) pero accedió a que cinco sobrevivientes fueran devueltos a Japón para una visita de 10 días. Se trataba de dos parejas y Hitomi Soga -sin su marido.
Japón recibió a los hombres y mujeres que regresaron con un emotivo despliegue público de compasión. Nunca retornaron a Corea del Norte.Jenkins y sus hijas quedaron desolados

Pero, dos años después de la repatriación de Soga, Jenkins no pudo aguantar más. Voló con sus hijas a Indonesia, que no tiene tratado de extradición con EE.UU., para encontrarse con su esposa.Pyongyang sólo les había permitido una visita breve. Sin embargo, con el apoyo del primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, el desertor dijo que se arriesgaría a una corte marcial y muerte en prisión con el fin de reunir a su familia.
El 11 de septiembre de 2004, el desertor abandonó un hospital en una furgoneta hacia el campamento Zama, en las afueras de Tokio."Señor, soy el sargento Jenkins reportándose", declaró.Jenkins cumplió 25 días de una sentencia de 30, después de declararse culpable de deserción y asistir al enemigo (por el tiempo que enseñó inglés). Fue liberado anticipadamente por buen comportamiento.
Se cree que compartió su completo conocimiento de Corea del Norte con las autoridades de EE.UU. a cambio de clemencia.Hitomi Soga se mudó otra vez a la isla de Sado, en 2004, llevándose consigo a su esposo e hijas.
Jenkins encontró empleo en un parque turístico, vendiendo galletitas de arroz senbei y posando para fotografías.


GRACIAS POR PASAR!!!!



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