Cicciolina vuelve al cine porno a sus 64 años

No va a ser un regreso, sino más bien el regalo más grande a mis fans”, aseveró Ilona Staller, más famosa como La Cicciolina, un nombre que todo aquel que en la década del ’80 haya tenido las hormonas en ebullición lo reconoce como homónimo del planeta de la pornografía.

En una entrevista con Vanity Fair, Ilona Staller, más famosa como "la Cicciolina", adelantó que, a los sesenta y cuatro años, volverá a efectuar una película porno.

Staller nació el veintiseis de noviembre de mil novecientos cincuenta y uno en Budapest, Hungría. A principios de la década del setenta se residió en Italia y, tras casarse con un hombre de ese país, consiguió la nacionalidad. Brincó a la fama en mil novecientos setenta y cinco tras una escena erótica en una bañera. Mas su vida cambió tajantemente cuando empezó a trabajar con Riccardo Schicchi, un conocido productor de películas XXX. Participó en veintidos largometrajes condicionados que la llevaron al estrellato, sobre todo, en Italia y en España.

En dos mil ocho fue convocada por Marcelo Tinelli para ser entre las participantes de Bailando por un Sueño. Aunque era entre las figuras del certamen, decidió abandonarlo por una lesión y retornó a Italia.

Cicciolina llegó a la Cámara de Miembros del Congreso de los Diputados en mil novecientos ochenta y siete, representando al Partido Radical Italiano, y ejercitó su orden por 5 años, hasta mil novecientos noventa y dos. En dos mil once, tras cumplir sesenta años, se jubiló y desde ese instante recibe tres mil euros mensuales bárbaros.

Se declara irenista, contraria a la pena capital y al empleo de las pieles animales o bien a su utilización experimental, partidaria de una enorme libertad sexual y educación precoz sobre sexo en las escuelas, despenalización de las drogas y partidaria de un canon que grave al vehículo por los efectos contaminantes que causa.

En simultáneo, viajó por el planeta transmitiendo su mensaje de paz y libre sexualidad, siempre y en toda circunstancia con su osezno Cicciolino entre sus brazos y con cuando menos uno de sus pechos blancos al descubierto, libre a fin de que lo vea quien quisiese verlo