“Una idea puede aglutinar más gente en una semana de lo que Jesús, Moisés o Buda pudieron conseguir en años”.
Esta es una de las frases que pueden oírse en el tráiler de Free The Nipple, la película dirigida por la actriz, productora y activista Lina Esco acerca del movimiento que estalló en diciembre de 2013.
#FreeTheNipple (libera el pezón) se convirtió en viral cuando Miley Cyrus, amiga de Esco,
una fotografía apoyando a la causa. El mundo aún estaba boquiabierto con las acciones de las chicas con pasamontañas como Femen y Pussy Riot, cuando mujeres de Estados Unidos empezaron a denunciar la desigualdad y la censura en su país.
En Estados Unidos es ilegal el topless femenino, no el masculino. Dar de mamar en público está prohibido en 35 estados. En Louisiana, mostrar un pezón puede comportar 3 años de cárcel y una multa de 2.500 dólares. Y aunque en Nueva York se legalizó el topless en 1992, la policía continúa arrestando mujeres.
quiere ser una película basada en hechos reales, pero también una llamada a la acción y un empujón a un movimiento que llegó a las máximas cotas de popularidad sin recursos económicos. Como algunos abogados alertaron a las activistas, la reivindicación de poder mostrar los pechos en público supone dejar en evidencia algunas de las enmiendas más importantes de la constitución de Estados Unidos.
A pesar de que celebridades como Lena Dunham o Liv Tyler apoyaron públicamente el movimiento, no son pocas las dificultades que la directora se ha encontrado para justificar el film e incluso para rodar ciertas escenas en Nueva York: “Esta película no va sobre topless, sino sobre la igualdad. Un periodista me preguntó por qué ponía ese título si esas eran mis pretensiones, y le dije que si la película se llamara Igualdad nadie iría al cine”, explicó Esco a Entertainment Weekly.
Muchas personas opinan que estos nuevos movimientos feministas son incoherentes porque utilizan la desnudez de las mujeres para conseguir la atención mediática global y poder denunciar el patriarcado, la censura y la desigualdad. El mismo tráiler esboza una posible respuesta para ello: “Se nos ha robado nuestra sexualidad, y queremos que se nos devuelva”.
Free The Nipple explora las contradicciones de la sociedad mediática,donde los actos de violencia y muerte son glorificados y sin embargo se censuran las imágenes del cuerpo femenino. De ello suelen encargarse, como apunta Lina Esco, la Comisión Federal de Comunicaciones y la Asociación Cinematográfica de América. Sin ir más lejos, el
presentado para la el festival de Sundance no muestra ningún pecho ni ningún pezón. Han sido ridículamente pixelados mientras se apunta sobre fondo negro: “¿Qué es más obsceno, la violencia o un pezón?”.
Los movimientos feministas actuales (aunque este film se niegue a pronunciar la palabra “feminista” o “machista”), parecen una marea heterogénea difícil de contener. Constantemente se intentan minimizar y ridiculizar causas justas y que suponen una vergüenza para los países democráticos; se tacha a sus promotoras de histéricas o feminazis. Sin embargo, algo parece estar fuera de discusión: si esta fuese una reivindicación tan pequeña como un pezón no causaría tanto revuelo, no haría temblar la constitución de Estados Unidos. Detrás de unos pechos desnudos aguarda una marea imparable.
